¿Llegará el fin de la Eurozona?

La canciller alemana, Angela Merkel, ha afirmado que nunca habrá una ruptura de la Eurozona.

Algunos bancos ya parecen no estar tan seguros, sino todo lo opuesto. En especial después de que esta semana la crisis de las deudas soberanas amenazó con llegar también a Alemania, cuando los inversores comenzaron a cuestionar la solidez de ese país como pilar fundamental de la estabilidad europea.

Mientras los líderes europeos aún dicen que no hay necesidad de diseñar un Plan B, algunos de los principales bancos del mundo y sus supervisores están haciendo exactamente eso. «No podemos, ni vamos a ser indulgentes en este sentido», dijo Andrew Bailey, regulador de la Autoridad de Servicios Financieros de Gran Bretaña. «No debemos ignorar la perspectiva de una salida desordenada de la eurozona de algunos de sus miembros», advirtió.

Recientemente, algunos  bancos como Merrill Lynch, Barclays Capital y Nomura emitieron una lluvia de informes que analizan la probabilidad de una ruptura de la eurozona. «La crisis de deuda entró en una fase mucho más peligrosa», escribieron analistas de Nomura. A menos que el Banco Central Europeo (BCE) dé un paso al frente para hacer lo que los políticos no logran, «a estas alturas, una ruptura del euro dejó de ser posible para ser probable», señaló el banco.

Las principales instituciones financieras británicas, como el Royal Bank of Scotland, ya tienen sus planes de contingencia para el caso de que lo inimaginable se haga realidad.

Funcionarios de organismos reguladores de Estados Unidos presionan a bancos norteamericanos, como el Citigroup, para que reduzcan su exposición a la eurozona.

Pero las instituciones de los países grandes de la eurozona que se contagiaron de la crisis no parecen compartir la misma preocupación.

Los bancos de Italia y Francia no están elaborando planes de contingencia, por la sencilla razón, dicen los banqueros, de que concluyeron que la ruptura de la eurozona es imposible.

Aunque bancos como BNP Paribas, Société Générale, UniCredit se deshicieron demillones de euros en bonos europeos, la idea es que no hay motivos para hacer más que eso. «Mientras que en Washington prevalece la idea de que Europa puede quebrarse, aquí creemos que Europa debe seguir siendo como es -dijo un banquero francés-. Nadie cree que haya necesidad de un plan B.»

La semana pasada, los líderes europeos aseguraron estar más comprometidos que nunca con la supervivencia del euro, en especial con las elecciones presidenciales en Francia en el 2012 y Alemania en el 2013 . Merkel dijo estar dispuesta a redoblar sus esfuerzos para empujar a la Unión Europea (UE) hacia una mayor integración política y fiscal.

Esa tarea parece ser un poco más fácil ahora que la crisis se cargó a los líderes de los países más afectados por la crisis, como Italia y España. Pero sigue siendo una lucha y la semana pasada Merkel continuó con su oposición a la emisión de eurobonos con respaldo de la eurozona.

El euro, creado hace más de una década, abrió paso a años de prosperidad para sus miembros, en especial para Alemania, mientras las tasas de interés descendían y el dinero abundaba sobre la región. Hasta que hace tres años la quiebra de Lehman sembró el caos en los mercados de crédito globales. Y la crisis financiera revivió cuando Grecia quedó al borde del default.

La creación de la eurozona implicó una serie de contratos y de activos entre países, pero ninguno que previera la posibilidad de que un miembro abandonara el euro.

 Merrill Lynch fue el último en emitir un informe que analiza lo que sucedería si tuviesen que volver a sus antiguas monedas. Si España, Italia, Portugal y Francia debiesen hoy reimprimir sus viejas monedas, seguramente se depreciarían frente al dólar y quedaría al descubierto la debilidad de sus economías.

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