El euro se aprovecha de los malos datos de EEUU

El dólar ha transitado la semana pasada en una constante debacle frente a las principales monedas mundiales. El aumento inesperado (en su magnitud) del paro y un déficit comercial más elevado eran los principales responsables de la huída de dinero desde el dólar al euro. La moneda única disfrutó de un rally alcista que la llevó a romper la cota de los 1,33 dólares. Y la tendencia era al alza al cierre de los mercados.

Los inversores le han retirado la confianza al dólar, la moneda de un país que está sufriendo una recesión mayor a la esperada, con reveses importantes, que hacen presagiar un mal mayor: alto desempleo, problemas en las corporaciones y malos números macroeconómicos.

Y las peores noticias llegaron por el lado del aumento descomunal del déficit. Incluso, la Fed, que por ley no puede emitir deuda, está estudiando -de hecho, está negociando con el congreso- el aumento de sus atribuciones para que le permita obtener recursos de esa manera. El hecho desencadenante es que el Departamento del Tesoro -único que puede emitir deuda pública norteamericana- le ha cerrado el grifo a la Reserva Federal, a raíz de sus propias limitaciones en cuanto a los topes legales de emisión de deuda.

Dicho de otro modo: EEUU está en los límites de endeudamiento. Dicen que esta crisis la pagarán las próximas 4 generaciones de ciudadanos norteamericanos. Y a mi no me cabe duda de ello.

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