¿Cuál es la ecuación contable?

La ecuación contable es relacionar todos los activos de una empresa con la suma de sus pasivos y con el patrimonio de los accionistas. Aunque no es una herramienta de uso diario, se puede considerar como bastante útil para entender la evolución económica de una empresa.

Cuando se habla de ecuación contable se hace referencia a la fórmula que determina que la suma de todos los activos de la empresa es igual a la suma de todos los pasivos más el propio patrimonio de los accionistas.

Es importante tener en cuenta que la relación directa entre activos, patrimonio y pasivos sería lo que se valora en el sistema contable de doble entrada. A través de esta fórmula podemos saber cómo es el balance interno de la empresa y si se encuentra equilibrado o no.

Este equilibrio tiene que ver con que cada vez que realizamos una entrada en el débito de la empresa, se debe tener una cobertura o entrada en el apartado de crédito.

Otras formas de llamar a la ecuación contable son: ecuación de balance o ecuación contable básica.

¿Por qué es importante la ecuación contable?

Para entender la importancia de la ecuación contable debemos comprender que en cualquier empresa existen tres elementos fundamentales de su funcionamiento económico:

Activos de la empresa

Pasivos de la empresa

Patrimonio de los accionistas

En una ecuación contable van a aparecer estos tres elementos. Por ello, se trata de una herramienta que refleja tanto los elementos principales del balance general (pasivos y activos) como la presencia del patrimonio de los propietarios.

Dentro de estos tres elementos los activos son los recursos de valor propiedad de la empresa y que se relacionan con la actividad, los pasivos suelen asociarse con las obligaciones. Los pasivos y el patrimonio del accionista se toman como base de la financiación de los activos.

Por ejemplo, si la financiación se realiza a través de la deuda se muestra como un pasivo. Si la financiación se realiza a través de emisión de acciones se muestra como capital de accionista.

En definitiva, a través de la ecuación contable, se valora si una transacción comercial que ha realizado la empresa se refleja de manera clara o no en los libros contables.

¿Qué son los activos?

Los activos serán los que incluyan liquidez, pero, también otros elementos habituales en las empresas.

Por ejemplo, se considerarán activos los depósitos de efectivo y equivalentes, activos líquidos incluyendo certificados de depósito, bonos, etc.

Los inventarios también se pueden considerar activos. Del mismo modo, en muchas ocasiones los saldos por cobrar y las facturas adelantadas se consideran activos.

Sin embargo, tradicionalmente, se considera como el principal activo de las empresas las propiedades como edificios, maquinaria, etc. Se consideran activos fijos que se mantienen a lo largo del tiempo.

¿Qué son los pasivos?

Los pasivos en la ecuación contable van a ser representados por las deudas de la empresa, pero, también por los costes que se deben pagar para que la empresa siga funcionando.

Se entiende la deuda como un pasivo. Este pasivo puede ser tanto un préstamo o herramientas de financiación como deudas contraídas por facturaciones aplazadas.

En los costes se incluyen elementos como los alquileres, sueldos, dividendos, impuestos etc.

El patrimonio accionarial

Se considera que el importe de capital del accionista surge del total de activos de la empresa menos el total de pasivos.

Por tanto, podría ser la cantidad de dinero que le sobraría a la compañía cuando liquida todos los activos y paga todos los pasivos. Si este dinero se distribuye entre los accionistas, sería el equivalente a la cantidad patrimonial.

Otro elemento importante son las denominadas utilidades retenidas. Son una parte del patrimonio accionarial. Esta cifra se obtendrá sumando todas las ganancias que no se pagan a los accionistas como dividendos.

Cómo se calcula la ecuación contable

Aunque se pueden aplicar diversas variaciones, la fórmula común para la ecuación contable es la que dice que el resultado surge cuando la suma de pasivos más el patrimonio accionarial equivale a los activos.

Los pasos comunes para este tipo de aplicación (en una versión simplificada) serían los siguientes:

Calcular los activos totales dentro del balance general del periodo que se quiere representar

Localizar y sumar todos los pasivos. Generalmente figurarán en listas separadas dentro de los balances generales

Ubicar el patrimonio de los accionistas y sumar el número a los pasivos

Tras estos pasos el resultado debería cuadrar y reflejaría el estado de relación entre los activos y la suma de los pasivos y el patrimonio de los accionistas.

¿Tiene limitaciones la ecuación contable?

Realmente sí. Teóricamente los balances generales resultan equilibrados. Sin embargo, hay aspectos que una ecuación contable no va a poder reflejar.

Por ejemplo, no va a servir para saber el desempeño real de las empresas. Se trata de un número muy general que debe ser interpretado. Por otro lado, existen otras herramientas mucho más adecuadas para el análisis del desempeño cotidiano en las finanzas internas de la empresa.

En definitiva, se trata de un cálculo importante pero que necesita de otras herramientas complementarias para un panorama generalizado de la economía interna de las compañías.

Cuando el patrimonio de la empresa aumenta generalmente aumentarán los activos. En el polo opuesto, si los activos disminuyen también disminuirá el patrimonio de la empresa. La suma de los pasivos reducirá los capitales mientras que la resta de los pasivos (por ejemplo, los pagos de deuda) los aumentarán.

Como podemos entender se trata de conceptos básicos dentro de la economía contable que deberían estar siempre representados en cualquier economía empresarial saneada.

Publicidad