El dólar atraviesa en septiembre una fase de acentuado descenso causado por la política de posicionar los tipos de interés en mínimos históricos, con la intención anunciada de que seguirán bajos durante un prolongado periodo, al tiempo que se inunda al mundo con dicha divisa.
Esta política llevó a lo que parece el fin de una era. El dólar fuerte es cosa del pasado.
Los motivos de su fragilidad deben fijarse en los reducidos tipos de interés vigentes en Estados Unidos desde mediados de diciembre de 2008. Esta decisión convierte al Billete Verde en una divisa con la que alimentar el engranaje especulativo.
La especulación con el Dólar se efectúa a través de la estrategia conocida como como carry trade, mediante la cuál se busca conseguir financiación barata en los países donde los intereses son bajos para, una vez conseguido ese dinero, invertirlo posteriormente en otros mercados o activos que poseen un rendimiento potencial más elevado.
Esta práctica provoca que el precio de la divisa se debilite ya que la misma es vendida masivamente en los mercados para adquirir la divisa en la que se efectuará la inversión buscada.
Pero el dólar no sólo pierde terreno frente al euro, sino que la debilidad del dólar se refleja contra casi la totalidad de las principales divisas del mundo, sólo sube contra el yen, otra de las divisas fuertemente castigada por la práctica especulativa.
El límite en el descenso del precio de dólar estará dado por dos motivos; la modificación de la política de EEUU o bien por el incremento de las dudas sobre la recuperación.