Origen de la crisis en la Eurozona

¿Cómo llegó la Eurozona a sumergirse en medio de la crisis?

Situándonos en cuestiones temporales, a fines del 2009, se dio a conocer que Grecia había ocultado la verdad acerca de sus reales cifras fiscales.

Luego de la introducción del euro en el año 1999, las tasas de interés unificadas permitieron a los miembros de la unión monetaria pedir prestado de manera fuerte. Los bonos emitidos por países del sur de Europa fueron considerados tan seguros como los de Alemania.

Los capitales fluyeron hacia Grecia. Los mercados de bienes raíces de España e Irlanda vivieron épocas de esplendor. Vivieron tiempos de pleno auge inmobiliario dando la posibilidad a muchos ciudadanos de llegar a una hipoteca y obtener de esta manera sus bienes más preciados.

Pero el estallido de la nube inmobiliaria en Estados Unidos y en Europa a fines del 2007 provocó un primer golpe al aura de invencibilidad de la zona euro.

Luego, a fines del 2009, cuando un nuevo Gobierno griego encontró que su antecesor había mentido sobre sus cifras fiscales, se produjo una enorme pérdida de confianza que se propagó a lo largo del bloque.

Los políticos parecieron lentos en reaccionar, pidiendo primero una investigación por la falta de transparencia de Grecia, en vez de intentar calmar a los inversores, que comenzaron a sacar su dinero del país y a pedir tasas punitivas para comprar su deuda.

Por esta razón, las mayores economías de la zona euro y el Fondo Monetario Internacional extendieron a Atenas un crédito de emergencia en mayo del 2010, pero para ese entonces las finanzas de Grecia habían destruido la ilusión de que todos los miembros del área eran iguales.

Primero Grecia luego la siguieron otros países

De manera inmediata, los inversores giraron su atención hacia las economías más débiles de Portugal y España, impulsando un alza de sus costos de endeudamiento.

Las fuertes pérdidas de los bancos irlandeses por el colapso de la nube inmobiliaria obligaron a Irlanda a recibir un rescate seis meses después que Grecia.

Por su parte Portugal siguió sus pasos en mayo de este año.

Aún así, de todos modos, los líderes de la zona euro perdieron otra posibilidad para llevar calma a los mercados. La renuencia de Alemania, la mayor economía de la región, a prometer ayuda a los miembros en problemas hizo que los rescates no fueran el cortafuego que se esperaba desde un principio.

Luego, los mercados siguieron especulando contra España e Italia, que sumadas poseen deudas por 2.5 billones de euros.

Mientras tanto, las duras medidas de austeridad exigidas a Grecia a cambio del rescate llevaron a que la economía del país se contrajera fuertemente, debilitando los recortes de gastos y las promesas de alzas en la recaudación impositiva.

La situación actual de Grecia es muy delicada, ya que al hecho anteriormente citado se suma que Atenas marcha a paso lento con su agenda de privatizaciones y reformas, lo que pone en riesgo el desembolso de un nuevo tramo de ayuda, sin el cual el Gobierno se quedaría de manera próxima sin dinero para pagar sueldos y pensiones.

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