¿Son seguras las operaciones de bolsa con robots?

Para bien o para mal, las máquinas/robots, están presentes en nuestro día a día. Por ejemplo los cajeros automáticos, el ordenador, instrumentos quirúrgicos, los parquímetros, etc. Aunque sean robots a simple vista, y sean máquinas para nosotros hacen la misma función.

Todos están compuestos de unos componentes comunes, y programados mediante algoritmos y otros métodos para que hagan sus funciones correctamente. Pero, ¿y sus ahorros? ¿Estaría dispuesto a dejar en manos de un robot los ahorros de toda su vida Pues para los que opinan que no, están de suerte.

Por eso la CNMV junto con los responsables de los mercados europeos, realizan una serie medidas para controlar las operaciones que se hacen con robots. Hace no mucho tiempo, en Wall Street hubo un gran revuelo, pues algunas operaciones realizadas por robos se duplicaron, y esto hizo caer la bolsa en un porcentaje significativo. Aunque no todo este mundo está bajo la «supervisión» de robots, la mayor parte de los activos sí pasan por sus manos.

bolsa robots

Por ejemplo, desde la Bolsa española, supone un volumen de entre 160.000 y 180.000 millones de euros, solo en lo que va de año. La cuota de  mercado, que se lleva a cabo a través un algoritmo informatizado (como casi todo en esta vida) sin intervención humana,  en Europa varia entre el 35% y el 40% del volumen total de negocio. Si nos trasladamos a Wall Street, este porcentaje supone el 50-55%, y pese a la bajada de la bolsa hasta el 10% debido a un error informático, están encantados con que así sea. 

Desde la Unión Europea, y para no sufrir ningún tipo de contratiempo, han reducido el volumen de negociación que pasa por estas máquinas. Los errores que pueden ocasionar, pueden ser fatales para los mercados, y si se pueden evitar mejor. Además hay que señalar que la rapidez de estas máquinas, es utilizado por algunas empresas para conseguir más inversores, y apuestan por un permiso obligatorio para su uso. Estas medidas están enfocadas a proteger al pequeño inversor que no tiene que sufrir en sus ahorros o inversiones los problemas que ocasiona un robot.

También destacamos el cambio de asesores financieros por robots. Por ejemplo, Charles Schwab, ha sido uno de los últimos en hacerlo. En EEUU, o Reino Unido, muchas empresas nuevas reemplazan los asesores tradicionales por máquinas. Y todo indica que serán igual de eficientes. Aunque hay que tener en cuenta algunos puntos, como por ejemplo que los robots no tienen sentimientos por lo que no serían tan sensibles a cambios externos, y es posible que repercutiera mucho en la volatilidad.

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